La declaración del 2012 como Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos es un ultimátum de la Asamblea General de Naciones Unidas por las fuentes renovables y el tránsito hacia la definitiva sustitución de los combustibles fósiles.
La declaratoria lanza un mensaje: hay que redescubrir el Sol para mitigar el impacto del cambio climático.
Dos de las fuentes renovables de mejor aplicación son la eólica y la marítima, y con los avances de la ciencia también es posible convertir la energía del Sol en electricidad, en combustible para transportarnos y en biocombustibles que no compitan con los alimentos.
Ya se conocen las potencialidades de la energía eólica y cómo utilizar la fuerza del viento.También se trabaja en el aprovechamiento del gradiente térmico marítimo, aún en ciernes en materia comercial, pero con grandes facilidades de aplicación.
A estas fuentes de energía renovable se suma la bioenergía basada en la captación, transformación y acumulación de la radiación solar a partir de la fotosíntesis, así como la solar fotovoltaica sustentada en el efecto que convierte la luz del sol en electricidad.
Por otro lado, el interés por la fusión termonuclear ha ido creciendo en la medida en que se vislumbra el futuro agotamiento de los combustibles fósiles y crecen los temores generados por los reactores nucleares de fisión, como los de Chernobil y Fukushima. Se asegura que la fusión, al no liberar radiación duradera, apenas contaminaría el ambiente, pues su naturaleza es diferente: se trata de fundir núcleos atómicos y no de fisionarlos.
Varios países han logrado reproducir la fusión termonuclear con fines militares en lo que se conoce como bomba H o bomba de hidrógeno, pero la fusión controlada plantea todavía desafíos tan grandes que muchos se preguntan si algún día se conseguirá. El gran problema es que la fusión tiene lugar a temperaturas de más de 150 millones de grados Celsius y no hay recipiente o contenedor en el planeta que pueda soportar tales temperaturas. La fusión es por lo que el Sol se mantiene brillando desde hace más de cuatro mil millones de años, gracias a la conversión de dos átomos de hidrógeno en uno de helio, lo que libera una enorme energía en forma de neutrones.
En los últimos decenios se desarrollaron diversos proyectos de investigación, basados todos en la idea de un potentísimo campo magnético que permita la fusión sin contacto con una pared. Esto se realiza dentro de un tokamak, una cámara al vacío en forma de cilindro y de aro cuyo interior encierra el campo, lo que permite realizar el proceso de Fusión por Confinamiento Magnético (FCM). Los elementos para estos reactores son el deuterio y el tritio (dos isótopos del hidrógeno), que se pueden extraer del agua de mar.
Via Diario Ecologia
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